Dios y el santuario… hoy
Updated: Jul 22, 2021
¿De qué sirve la mediación que está realizando Cristo en el santuario para los creyentes?

El plan de salvación se creó con el fin de redimir y darle una nueva oportunidad a la raza caída. Cristo fue destinado como un Mediador de la creación de Dios, establecido desde los tiempos eternos para ser nuestro sustituto y nuestra garantía.1
El sacerdocio fue establecido en la tierra para representar el carácter y la obra mediadora de Cristo. Todo el plan que se hacía en cuanto a los sacrificios era una predicción de la muerte del Redentor para rescatar al ser humano de su condición pecaminosa.2
Cristo entro en el santuario una vez que ascendió, Pablo escribe en su carta a los hebreos que el tabernáculo que Dios le dio a su pueblo para construir era un fiel reflejo de uno que existía en el cielo (Heb. 9:24). Sin duda alguna el gran evento que hizo cesar el sistema de sacrificios fue la muerte de Cristo en la cruz y ocupo un lugar primordial en el plan de la redención. Pero no alcanza solamente con la muerte y resurrección de Cristo para completarlo. Generalmente solemos dar por finalizado el plan de la redención una vez que Cristo ascendió al cielo, pero su muerte en la cruz no fue suficiente para lograr redimir completamente a la raza humana inmersa en el pecado, es totalmente necesaria la intercesión de Cristo en el santuario celestial, incluso la intercesión diaria de Cristo es tan importante como lo fue la muerte en la cruz.3
Cristo ascendió a los cielos para realizar una obra que nadie más podría realizar. El entro al santuario donde entro no con sangre de animal, sino con la sangre de un sacrificio perfecto, la suya.4 A partir de 1844 según se le revelo al profeta Daniel en el capítulo 8 de su libro empezó su obra como nuestro Sumo Sacerdote en el lugar santísimo. Más allá del velo interior estaba el Lugar Santísimo, centro del servicio de expiación e intercesión, el cual constituía el eslabón que unía el cielo y la Tierra.5
Es de suma importancia entender que papel cumple Cristo hoy en la historia y cómo impacta su obra en la vida de cada uno de los seres humanos, Él se encuentra en el santuario. Mi salvación está completamente ligada a la obra que Cristo está realizando hoy. Al comprender el papel actual de Cristo vamos a querer aferrarnos cada día más de nuestro salvador. Solo a través de El hoy podemos ser salvos. El santuario celestial es el centro mismo donde Cristo realiza una obra a favor de cada una de las personas.6
Su trabajo es brindar constantemente ayuda a aquellos que son tentados por el enemigo, lo hace con total autoridad ya que Él fue tentado en todo así como nosotros, pero con la diferencia que Él no cedió ante las tentaciones que el enemigo puso en su camino (Heb. 2:17 y 18). Cristo es nuestro Mediador y solo hay un canal en el cual podamos recibir perdón y ese canal está siempre abierto. Por medio de él un torrente abundante de misericordia divina y perdón se derrama sobre nosotros.7
Gracias al ministerio que Cristo realiza el perdón por los pecados está al alcance de todos los seres humanos. Su intercesión en nuestro favor consiste en presentar sus méritos divinos en ofrenda al Padre como nuestro sustituto y garante.8 Ya que al pecar todos deberíamos pagar el alto costo del pecado que es la muerte. Pero podemos estar confiados que en el cielo hay quien antecede por nuestra salvación solo a través de su obra podremos obtener la victoria que anhelamos (1 Juan 2:1,2). En el presente la obra de Cristo es fundamental para que nosotros podamos salir victoriosos del pecado que nos asedia constantemente. Para todos aquellos que con un corazón humilde y arrepentido buscan seguir los caminos que Cristo señalo cuando estuvo en la tierra Él se presenta como abogado y representante, es su intercesor en el cielo. Nada de lo que podríamos hacer nos haría aptos para ser salvos. Ante Dios y la ley estamos totalmente descalificados para ser salvos pero Cristo intercede por nosotros en nuestro favor y por sus méritos. Bajo ningún punto de vista podríamos defendernos ante Dios de las acusaciones que Satanás hace en nuestra contra, solo Cristo lo puede hacer y todos los argumentos que presente estarán basados en sus méritos, ninguno en los nuestros.9
Él se encuentra hoy ministrando y estudiando las acciones de cada persona y cada caso va a tener su resolución sea para vida o para muerte eterna. Gracias a que Cristo está intercediendo por nosotros podemos acercarnos cotidianamente al “trono de la gracia” (Heb. 4:16) confiados en que si rendimos nuestra vida a Dios y nos arrepentimos de corazón. Cada pecado que se confiese delante de Cristo será borrado como lo asegura en su palabra.10 1 Juan 1:7 nos dice que “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Elena en visión fue llevada al lugar santísimo y describe la acción de Cristo de la siguiente manera: “Cuando las oraciones de los santos eran hechas con fe, subía una nube de fragancia del incienso como una nube con hermosos colores, sobre lo cual estaba Jesús. Al ascender el incienso delante del padre, la excelente gloria bajaba del trono hasta Jesús y desde él era derramada sobre aquellos cuyas oraciones habían subido cual suave incienso”.11
Bajo ningún punto de vista es la voluntad de Dios que nos torturemos pensando que Dios piensa que somos indignos o que somos tan pecadores que no nos puede aceptar. Podemos ver que sea cual sea nuestro pecado, no importa cuánto nos hayamos alejado de la salvación o cuanto nos hayamos desviado del camino Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados ya que nuestra salvación no depende de cuanto podamos hacer para que Dios nos perdone. Por el contrario reside total y completamente en los méritos de Cristo y en su sacrificio. Todos los méritos que hay que hacer para ser salvos los hizo Cristo nosotros por eso debemos abrazar por fe la salvación por gracia en los méritos de Cristo.
1- Elena G. de White, Review and Herald , 5 de abril, 1906,
2- Elena G. de White, Cristo en su santuario, (Florida, Bs. As.: ACES, 2015), 50.
3- Elena G. de White, El conflicto de los siglos, (Florida, Bs. As.: ACES, 2015), 543.
4- White, Cristo en su santuario, 109.
5- Ibíd., 32.
6- White, El conflicto de los siglos, 542.
7- Elena G. de White, Alza tus Ojos, (Bs. As.: ACES, 1982), 217.
8- Elena G. de White, Fe y Obras, (Florida, Bs. As., ACES., 1984), 109 y 110.
9- Elena G. de White, Joyas de los testimonios, 3 vols. (Florida, Bs. As.: ACES, 2004) 2:175.
10- Elena G. de White, El Conflicto Inminente. (Pacific Press Publishing Association, 1969), 86.
11- Elena G. de White, “El Santuario”, Revista Adventista, Marzo de 1907, 1-2.